jueves, 9 de abril de 2015

HERNIA DISCAL, UN MAL COMUN

¿Qué es y cómo se produce la hernia discal?


Entre la parte anterior y posterior de las vértebras se forma un conducto, el canal medular, en cuyo interior se sitúa la médula espinal. También entre las vértebras se forman unos agujeros, llamados de conjunción, uno a cada lado de la vértebra, por donde salen las raíces nerviosas desde la médula. Durante los movimientos vertebrales el disco se comporta como un amortiguador. Entre las vértebras existe una estructura, el disco intervertebral, que tiene una función de amortización.
El disco está formado por el núcleo pulposo y el anillo fibroso. El núcleo pulposo ocupa la parte central y tiene un alto contenido en agua, que va disminuyendo con la edad, lo que hace que con los años pierda elasticidad y capacidad para soportar tensiones. El anillo fibroso recubre el núcleo pulposo y está formado por láminas dispuestas en distintos ángulos, lo que facilita la                                                                       transmisión de presiones.

En el movimiento de extensión la vértebra superior se desplaza hacia atrás con lo que el núcleo se engrosa por delante, provocando un aumento de presiones en las fibras anteriores del anillo que cuando alcanzan su umbral de tolerancia hacen que dicha vértebra recupere la posición previa.
En flexión ocurre lo contrario y en los movimientos de inclinación lateral, el núcleo se engrosa por el lado contrario a la inclinación.
A partir de los 30 años se producen cambios degenerativos en el disco que conducen a una pérdida de resistencia del mismo. El anillo fibroso puede hacerse incompetente y el núcleo puede desplazarse posteriormente (protrusión discal) e incluso romperse, de forma que el núcleo se desplace más. Esto es lo que se conoce como hernia de disco y puede producir síntomas por compresión de raíces nerviosas o incluso por compresión medular, en casos severos.
Las hernias de disco son más frecuentes a nivel cervical y lumbar, por ser estos los segmentos con mayor movilidad de la columna.
Puede producirse por traumatismo, pero lo más frecuente es que sea degenerativa.  
                      
Sitios de Localización
El sitio donde aparecen más frecuentes las hernias es el área lumbar en L4-L5 (comprimiendo la raíz L5) y L5-S1 (comprimiendo la raíz S1), luego en el nivel cervical, aparece entre C5-C6 (comprimiendo C6) y C6-C7 (comprimiendo la raíz C7). Pueden aparecen en otros niveles, pero en columna toráxica son raras.

 Manifestaciones clínicas
  • El síntoma más característico es la ciática: dolor que se va hacia glúteo (nalga) y miembro inferior, generalmente más allá de la rodilla. O hacia los brazos en el caso de una hernia cervical.
  • El dolor suele aumentar con la tos, con la flexión anterior de la columna y con la sedestación prolongada y el paciente suele estar mejor caminando. En las cervicales el dolor aumenta al doblar el cuello o girar la cabeza hacia un lado.
  • Parestesias o disestesias, se percibe un estímulo como: hormigueo, pinchazos, sensación de frío o de calor, adormecimiento o vibraciones de electricidad en el territorio de la raíz nerviosa afectada.
  • Reflejos osteotendinosos disminuidos o abolidos
  • Debilidad muscular o atrofia en estados avanzados
  • Espasmo muscular o contracturas musculare.
  • Pueden producirse síntomas por irritación de las raíces nerviosas o por compresión de las mismas lo que produciría un déficit neurológico (pérdida de fuerza).
  • Si hay una herniación masiva en la línea media puede producirse compresión de la médula espinal. Esto es poco frecuente.
  • Si la hernia de disco es de localización central, puede afectar la médula espinal, en este caso el dolor es muy leve, con o sin carácter radicular bilateral, con aumento de los reflejos y debilidad muscular por debajo de la lesión.

Tratamiento
Salvo presencia de pérdida de fuerza progresiva o dolor intratable todo paciente con ciática debe hacer siempre tratamiento conservador durante 3 a 6 semanas, tengan o no imagen de hernia de disco.
Existen hernias discales responsables de sintomatología que se reabsorben y hernias discales asintomáticas (hasta en un 30% de la población asintomática existen imágenes patológicas en la RMN).

  • Reposo, habitualmente 2 días. Si el dolor es intenso puede prolongarse a una semana o dos como máximo.
  • Analgésicos
  • Relajante muscular sólo si hay contractura.
  • Termoterapia: calor superficial o profundo (ultrasonido, compresas calientes).                      
  • Electroterapia
  • Tracción lumbar (contraindicada en hernias muy voluminosas).
  • Ortesis: collarines, ortesis lumbosacras semirrígidas (fajas lumbares).
  • Hidrocinesiterapia (terapia en agua)
  • Cinesiterapia.

En la fase aguda lo fundamental es el tratamiento sintomático del dolor (analgésicos, AINES, termoterapia). Cuando los síntomas agudos mejoran, comenzar alguna modalidad de ejercicio aeróbico (bicicleta estática, caminar...). Durante 6 semanas limitar el levantamiento de pesos, la sedestación prolongada, conducir distancias largas y mantener posturas con el tronco inclinado hacia delante. Si continúa mejorando, introducir ejercicios más enérgicos a partir de las 4 semanas.
A partir de los 3 meses el paciente puede realizar cualquier actividad, teniendo en cuenta las normas de higiene postural.

Considerar el tratamiento quirúrgico en caso de dolor intratable, pérdida de fuerza progresiva y/o afectación de esfínteres (esto último obliga a estudios urgentes y derivación quirúrgica).                    
MODIFICACIONES DEL ESTILO DE VIDA

Un programa que involucre ejercicio y dieta es crucial para mejorar el dolor de espalda en pacientes con sobrepeso.
La fisioterapia es un tratamiento crucial para casi todas las personas con enfermedad del disco vertebral. Los terapeutas brindan asesorías sobre cómo levantar objetos adecuadamente, caminar, vestirse y desempeñar otras actividades. También se trabaja en el fortalecimiento de los músculos del abdomen y la parte baja de la espalda para ayudar a sostener la columna. La flexibilidad de la columna y de las piernas es el tercer aspecto de la mayoría de los programas terapéuticos.


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