¿Qué es y cómo se produce la hernia discal?
Entre
la parte anterior y posterior de las vértebras se forma un conducto, el canal medular,
en cuyo interior se sitúa la médula espinal. También entre las vértebras se
forman unos agujeros, llamados de conjunción, uno a cada lado de la vértebra,
por donde salen las raíces nerviosas desde la médula. Durante los movimientos
vertebrales el disco se comporta como un amortiguador. Entre las vértebras
existe una estructura, el disco intervertebral, que tiene una función de amortización.
En el movimiento de extensión la
vértebra superior se desplaza hacia atrás con lo que el núcleo se engrosa por
delante, provocando un aumento de presiones en las fibras anteriores del anillo
que cuando alcanzan su umbral de tolerancia hacen que dicha vértebra recupere la
posición previa.
En flexión ocurre lo contrario y
en los movimientos de inclinación lateral, el núcleo se engrosa por el lado
contrario a la inclinación.
A partir de los 30 años se
producen cambios degenerativos en el disco que conducen a una pérdida de
resistencia del mismo. El anillo fibroso puede hacerse incompetente y el núcleo
puede desplazarse posteriormente (protrusión discal) e incluso romperse, de
forma que el núcleo se desplace más. Esto es lo que se conoce como hernia de disco y puede producir síntomas por compresión de
raíces nerviosas o incluso por compresión medular, en casos severos.
Las hernias de disco son más frecuentes a nivel cervical y
lumbar, por ser estos los segmentos con mayor movilidad de la columna.
Puede producirse por traumatismo,
pero lo más frecuente es que sea
degenerativa.
Sitios de Localización
Manifestaciones
clínicas
- El síntoma más característico es la ciática: dolor que se va hacia glúteo (nalga) y miembro inferior, generalmente más allá de la rodilla. O hacia los brazos en el caso de una hernia cervical.
- El dolor suele aumentar con la tos, con la flexión anterior de la columna y con la sedestación prolongada y el paciente suele estar mejor caminando. En las cervicales el dolor aumenta al doblar el cuello o girar la cabeza hacia un lado.
- Parestesias o disestesias, se percibe un estímulo como: hormigueo, pinchazos, sensación de frío o de calor, adormecimiento o vibraciones de electricidad en el territorio de la raíz nerviosa afectada.
- Reflejos osteotendinosos disminuidos o abolidos
- Debilidad muscular o atrofia en estados avanzados
- Espasmo muscular o contracturas musculare.
- Pueden producirse síntomas por irritación de las raíces nerviosas o por compresión de las mismas lo que produciría un déficit neurológico (pérdida de fuerza).
- Si hay una herniación masiva en la línea media puede producirse compresión de la médula espinal. Esto es poco frecuente.
- Si la hernia de disco es de localización central, puede afectar la médula espinal, en este caso el dolor es muy leve, con o sin carácter radicular bilateral, con aumento de los reflejos y debilidad muscular por debajo de la lesión.
Salvo presencia de pérdida de fuerza progresiva o dolor intratable todo paciente con ciática
debe hacer siempre tratamiento conservador durante 3 a 6 semanas, tengan o no
imagen de hernia
de disco.
Existen hernias
discales responsables de sintomatología
que se reabsorben y hernias
discales asintomáticas (hasta en un 30% de la población asintomática existen
imágenes patológicas en la RMN).
- Reposo, habitualmente 2 días. Si el dolor es intenso puede prolongarse a una semana o dos como máximo.
- Analgésicos
- Relajante muscular sólo si hay contractura.
- Termoterapia: calor superficial o profundo (ultrasonido, compresas calientes).
- Electroterapia
- Tracción lumbar (contraindicada en hernias muy voluminosas).
- Ortesis: collarines, ortesis lumbosacras semirrígidas (fajas lumbares).
- Hidrocinesiterapia (terapia en agua)
- Cinesiterapia.
En
la fase aguda lo fundamental es el tratamiento sintomático del dolor
(analgésicos, AINES,
termoterapia).
Cuando los síntomas agudos mejoran, comenzar alguna modalidad de ejercicio aeróbico (bicicleta estática, caminar...). Durante 6
semanas limitar el levantamiento de pesos, la sedestación prolongada, conducir
distancias largas y mantener posturas con el tronco inclinado hacia delante. Si
continúa mejorando, introducir ejercicios más enérgicos a partir de las 4
semanas.
A partir de
los 3 meses el paciente puede realizar cualquier actividad, teniendo en cuenta
las normas de higiene postural.
Considerar el tratamiento
quirúrgico en caso de dolor intratable, pérdida de fuerza progresiva y/o
afectación de esfínteres (esto último obliga a estudios urgentes y derivación
quirúrgica).
MODIFICACIONES DEL
ESTILO DE VIDA
Un programa que
involucre ejercicio y dieta es crucial para mejorar el dolor de espalda en
pacientes con sobrepeso.
La fisioterapia es un
tratamiento crucial para casi todas las personas con enfermedad del disco vertebral.
Los terapeutas brindan asesorías sobre cómo levantar objetos adecuadamente,
caminar, vestirse y desempeñar otras actividades. También se trabaja en el
fortalecimiento de los músculos del abdomen y la parte baja de la espalda para
ayudar a sostener la columna. La flexibilidad de la columna y de las piernas es
el tercer aspecto de la mayoría de los programas terapéuticos.
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