El envejecimiento se acompaña de una disminución de las capacidades de reserva del organismo, tales como: alteraciones del equilibrio, postura, marcha, disminución de la fuerza muscular, déficit sensorial, visual y auditivo.
- Mantener la máxima movilidad.
- Mantener o restaurar la independencia en actividades básicas de la vida diaria.
- Desde el inicio del tratamiento se debe obtener la confianza y cooperación del paciente.
- Crear una atmósfera razonablemente esperanzadora y optimista.
- Aplicar tratamientos simples e individualizados.
- Efectuar las sesiones terapéuticas por cortos períodos de tiempo.
- Los métodos de fisioterapia deben ser iguales a los aplicados al adulto joven, pero tomando en cuenta la edad, enfermedad de base y capacidad vital.
- Vigilar los trastornos cardio- respiratorios y la fatiga muscular, por lo tanto, hay que hacer pausas y medir la tensión arterial y el pulso.
- Tratamiento personalizado, teniendo en cuenta que cada persona envejece de manera diferente.
- Dolor agudo o crónico.
- Disminución o pérdida de la funcionalidad.
- Alteración de la marcha, la postura y/o el equilibrio.
- Trastornos sensoriales, principalmente superficiales.
- Alteración de las funciones motoras.
- Se debe promover la circulación a través de ejercicios y masajes suaves.
- Los programas de ejercicios deben concentrarse en grupos funcionales claves, como los músculos de las muletas en las extremidades superiores y el cuádriceps, los extensores de la cadera y los extensores plantares del tobillo.
- Los ejercicios isométricos sostenidos, deben ser indicados y
- Vigilados con sumo cuidado, por la capacidad de aumentar la tensión arterial.
- Los programas de ejercicios aeróbicos deben comenzar aproximadamente al 40% o menos del consumo máximo de oxígeno, y se deben dividir en intervalos de 2 a 5 minutos.
- La velocidad de marcha que se debe seleccionar es la que corresponde al 35 - 40% del consumo máximo de oxígeno.
En la Terapia Física estos aspectos se deben tomar en cuenta para establecer un programa de ejercicios, y no sólo el problema a rehabilitar sino también las capacidades residuales que tanto en el área biológica, psicológica o social, posee el paciente para enfrentar el proceso de rehabilitación.
Mantener al adulto mayor funcional ante las actividades de la vida diaria es objetivo central de esta rehabilitación. Y para lograrlo se trazan los siguientes objetivos específicos:
Algunos aspectos a evaluar en la rehabilitación geriátrica son:
Es necesario el llegar a un diagnóstico basado en un buen examen clínico y tener en cuenta aspectos importantes que nos lleven al posterior tratamiento del paciente. Los síntomas más importantes por los cuales las personas consultan los servicios de
rehabilitación geriátrica son:
- Se debe diseñar cuidadosamente un plan terapéutico para evitar complicaciones y descompensación de la enfermedad de base, mejorando la funcionalidad y aumentando la calidad de vida del paciente.
- En el proceso de rehabilitación física en Geriatría, se deben identificar y modificar factores de riesgo que afecten al paciente.
- Se consideran factores de riesgo el sedentarismo, la obesidad, la inactividad, el hábito de fumar, el alcoholismo y los malos hábitos nutricionales, fundamentalmente. Para el trabajo en esta esfera, debe involucrarse el paciente, la familia y otros factores comunitarios.
La rehabilitación incluye tres niveles de prevención. El primer nivel incluye acciones dirigidas a prevenir la aparición del daño, detectar personas con discapacidad y realizar promoción de la salud. El segundo nivel incluye las acciones dirigidas a evitar o minimizar los efectos de las deficiencias, de manera que no evolucione hacia la discapacidad; la vigilancia epidemiológica de la discapacidad y la atención temprana. El tercer nivel incluye acciones para impedir o minimizar los efectos de la discapacidad.
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