lunes, 3 de agosto de 2015

Electroterapia en Fisioterapia

La electroterapia es un elemento fundamental en la práctica de la fisioterapia, existen pruebas cada vez más incuestionables de la eficacia de sus diversas técnicas. Ante la evidencia de sus logros y posibilidades hace que tengamos en cuenta la necesidad de ofrecer a nuestros pacientes el mejor tratamiento posible y no siempre se encuentra en una sola técnica o especialidad. La electroterapia y las terapias manuales se complementan muy bien.

La electroterapia llega en ocasiones a superar nuestras mejores expectativas, cuando ves  pacientes en lista de espera para un intervención de hernia discal y al llegarles el turno no necesitan operarse, hay una necesidad de comunicar que ello no sólo es posible sino que es común, no en todos los casos, pero cuando la electroterapia consigue los resultados esperados podemos ofrecer a nuestros pacientes mucho más de lo que se lograría con otro tipo de terapias.
Hay un aspecto en el que los resultados de la electroterapia son realmente excepcionales, el tratamiento del síntoma dolor, es  un área en la que hemos de incidir, la electroterapia nos ofrece un arsenal muy poderoso para tratar al mismo tiempo la patología y ese síntoma insidioso que preocupa especialmente al paciente.
El cuerpo humano responde muy bien a la electroterapia, somos un conjunto biológico movido por electricidad, en el momento en que nuestras células dejan de polarizarse y despolarizarse morimos, el cerebro es un generador de energía bioeléctrica, no es de extrañar que con los conocimientos actuales seamos capaces de actuar con electromagnetismo sobre un organismo que depende para estar vivo de un equilibrio eléctrico en sus células y disoluciones.
Podemos actuar eficazmente sobre la causa del dolor, sobre el nervio de conduce el dolor: en el origen, a lo largo de su trayectoria, en la raíz nerviosa, podemos descomprimir el nervio relajando la musculatura que lo aprisiona o que aproxima las carillas articulares que lo aplastan.

La electroterapia es efectiva en manos de un fisioterapeuta competente, funciona y es muy eficaz, pero también puede ser usada de modo incorrecto y con ello no se obtendrán los resultados esperados. No sólo hay que utilizar la técnica que corresponda a la patología y estado del paciente. La dosis precisa y el modo de aplicación son esenciales para lograr una mejoría clara del paciente y no todos responden por igual, no hay una fórmula exacta a modo de receta que garantice el éxito en todos los casos, pero hay evidencias que nos muestran que el conocimiento del paciente, la propia experiencia, la comprensión de las técnicas específicas y su aplicación correcta nos permiten alcanzar los mejores avances en cada tratamiento.
El éxito derivará de un tratamiento que incluya tanto el realizado por el propio fisioterapeuta en su centro como del conjunto de actividades y terapias complementarias que pueda llevar el paciente en su domicilio de forma eficaz y controlada.
Hay puntos previos al tratamiento de fisioterapia que se deben tomar en cuenta como: que deseamos obtener con el tratamiento de electroterapia, Cómo he de influir en los procesos fisiológicos de los tejidos para obtener el resultado esperado, qué técnica es más eficaz para lograr los cambios deseados y cuáles son sus efectos secundarios en el organismo, además cuál es el estado actual de la patología.
Tendremos en cuenta que el nivel de eficacia terapéutica va a depender siempre de la técnica de electroterapia y de la dosis seleccionada, es por ello que hace falta un fisioterapeuta que no siga recetas rígidas, integradas en los equipos o expuestas en un manual. Lo esencial es el profesional, su habilidad para juzgar la situación en conjunto y acertar los resultados esperados
El cuerpo bioeléctrico humano.
Desde la célula hasta el conjunto de los tejidos que nos integran tienen la capacidad de ser estimulados eléctricamente, sus características esenciales y su propia existencia dependen de la capacidad de mantener una actividad bioeléctrica que puede ser medida y en determinadas situaciones modificada en beneficio del paciente.
Dependemos para vivir de la polarización y despolarización de las células que integran nuestro cuerpo se realice correctamente, a nivel celular el potencial de membrana marca la diferencia entre la salud y la enfermedad.
Cuando aplicamos una técnica de electroterapia estamos actuando directamente a nivel celular y sobre el líquido intersticial, somos capaces de excitar e inhibir procesos fisiológicos esenciales, actuamos sobre el potencial de membrana y sobre los procesos químicos que se desarrollan en el lugar del que depende la vida, donde se producen los intercambios de nutrientes y de oxigenación y con ello podemos acelerar los procesos de restauración de tejidos y sus funciones que de otro modo sería en la práctica imposible de lograr.

Estimulando la actividad celular podemos acelerar cambios, podemos reducir el tiempo de recuperación tras un esfuerzo en el deporte, acelerar la regeneración de heridas, con una dosis correcta de energía aplicada a tejidos específicos que lo necesitan realizamos una acción terapéutica impensable de otro modo.
Las diferentes modalidades de electroterapia: corrientes, laser, diatermia, ultrasonidos, son tipos de energía que tendrán éxito sólo en relación a la capacidad de ejercer su influencia a nivel celular, aportamos energía que produce cambios fisiológicos y ello en relación directa a la energía específica aportada y a su intensidad, en casos crónicos y con dolor agudo podemos verificar que los equipos que producen un gran aporte energético son capaces de conseguir mayores cambios fisiológicos y resultados más potentes. La ventaja que tienen los equipos de electroterapia con la posibilidad de trabajar a altas intensidades de energía es que pueden ser regulados y conseguir resultados también en casos agudos en los que se requiere un aporte energético menor.
Hoy en día es demostrable que no utilizar electroterapia en la recuperación de una fractura, una hernia discal o en una osteoporosis es garantizar un retraso en la resolución satisfactoria de las lesiones citadas. Ya es habitual el uso de la electroterapia en úlceras y heridas, en terapia del dolor, tras intervenciones quirúrgicas de todo tipo y previo a ellas, la electroterapia es hoy en día una de las terapias más útiles y versátiles a disposición con la que poder ayudar a pacientes en multitud de patologías.

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