La
electroterapia es un elemento fundamental en la práctica de la fisioterapia, existen
pruebas cada vez más incuestionables de la eficacia de sus diversas técnicas. Ante
la evidencia de sus logros y posibilidades hace que tengamos en cuenta la necesidad
de ofrecer a nuestros pacientes el mejor tratamiento posible y no siempre se
encuentra en una sola técnica o especialidad. La electroterapia y las terapias
manuales se complementan muy bien.
La
electroterapia llega en ocasiones a superar nuestras mejores expectativas,
cuando ves pacientes en lista de espera
para un intervención de hernia discal y al llegarles el turno no necesitan
operarse, hay una necesidad de comunicar que ello no sólo es posible sino que
es común, no en todos los casos, pero cuando la electroterapia consigue los
resultados esperados podemos ofrecer a nuestros pacientes mucho más de lo que
se lograría con otro tipo de terapias.
Hay un
aspecto en el que los resultados de la electroterapia son realmente
excepcionales, el tratamiento del síntoma dolor, es un área en la que
hemos de incidir, la electroterapia nos ofrece un arsenal muy poderoso para
tratar al mismo tiempo la patología y ese síntoma insidioso que preocupa
especialmente al paciente.
El
cuerpo humano responde muy bien a la electroterapia, somos un conjunto
biológico movido por electricidad, en el momento en que nuestras células dejan
de polarizarse y despolarizarse morimos, el cerebro es un generador de energía
bioeléctrica, no es de extrañar que con los conocimientos actuales seamos
capaces de actuar con electromagnetismo sobre un organismo que depende para
estar vivo de un equilibrio eléctrico en sus células y disoluciones.
Podemos actuar eficazmente sobre la causa del dolor, sobre el nervio de conduce
el dolor: en el origen, a lo largo de su trayectoria, en la raíz nerviosa,
podemos descomprimir el nervio relajando la musculatura que lo aprisiona o que
aproxima las carillas articulares que lo aplastan.
La
electroterapia es efectiva en manos de un fisioterapeuta competente, funciona y
es muy eficaz, pero también puede ser usada de modo incorrecto y con ello no se
obtendrán los resultados esperados. No sólo hay que utilizar la técnica que
corresponda a la patología y estado del paciente. La dosis precisa y el modo de
aplicación son esenciales para lograr una mejoría clara del paciente y no todos
responden por igual, no hay una fórmula exacta a modo de receta que garantice
el éxito en todos los casos, pero hay evidencias que nos muestran que el
conocimiento del paciente, la propia experiencia, la comprensión de las
técnicas específicas y su aplicación correcta nos permiten alcanzar los mejores
avances en cada tratamiento.
El
éxito derivará de un tratamiento que incluya tanto el realizado por el propio
fisioterapeuta en su centro como del conjunto de actividades y terapias
complementarias que pueda llevar el paciente en su domicilio de forma eficaz y
controlada.
Hay
puntos previos al tratamiento de fisioterapia que se deben tomar en cuenta
como: que deseamos obtener con el tratamiento de electroterapia, Cómo
he de influir en los procesos fisiológicos de los tejidos para obtener el
resultado esperado, qué técnica es más eficaz para lograr los cambios deseados
y cuáles son sus efectos secundarios en el organismo, además cuál es el estado
actual de la patología.
Tendremos
en cuenta que el nivel de eficacia terapéutica va a depender siempre de la
técnica de electroterapia y de la dosis seleccionada, es por ello que hace
falta un fisioterapeuta que no siga recetas rígidas, integradas en los equipos
o expuestas en un manual. Lo esencial es el profesional, su habilidad para
juzgar la situación en conjunto y acertar los resultados esperados
El
cuerpo bioeléctrico humano.
Desde
la célula hasta el conjunto de los tejidos que nos integran tienen la capacidad
de ser estimulados eléctricamente, sus características esenciales y su propia
existencia dependen de la capacidad de mantener una actividad bioeléctrica que puede
ser medida y en determinadas situaciones modificada en beneficio del paciente.
Dependemos
para vivir de la polarización y despolarización de las células que integran
nuestro cuerpo se realice correctamente, a nivel celular el potencial de
membrana marca la diferencia entre la salud y la enfermedad.
Cuando aplicamos una técnica de electroterapia estamos actuando directamente a
nivel celular y sobre el líquido intersticial, somos capaces de excitar e
inhibir procesos fisiológicos esenciales, actuamos sobre el potencial de
membrana y sobre los procesos químicos que se desarrollan en el lugar del que
depende la vida, donde se producen los intercambios de nutrientes y de
oxigenación y con ello podemos acelerar los procesos de restauración de tejidos
y sus funciones que de otro modo sería en la práctica imposible de lograr.
Estimulando
la actividad celular podemos acelerar cambios, podemos reducir el tiempo de
recuperación tras un esfuerzo en el deporte, acelerar la regeneración de
heridas, con una dosis correcta de energía aplicada a tejidos específicos que
lo necesitan realizamos una acción terapéutica impensable de otro modo.
Las
diferentes modalidades de electroterapia: corrientes, laser, diatermia,
ultrasonidos, son tipos de energía que tendrán éxito sólo en relación a la
capacidad de ejercer su influencia a nivel celular, aportamos energía que
produce cambios fisiológicos y ello en relación directa a la energía específica
aportada y a su intensidad, en casos crónicos y con dolor agudo podemos
verificar que los equipos que producen un gran aporte energético son capaces de
conseguir mayores cambios fisiológicos y resultados más potentes. La ventaja
que tienen los equipos de electroterapia con la posibilidad de trabajar a altas
intensidades de energía es que pueden ser regulados y conseguir resultados
también en casos agudos en los que se requiere un aporte energético menor.
Hoy
en día es demostrable que no utilizar electroterapia en la recuperación de una
fractura, una hernia discal o en una osteoporosis es garantizar un retraso en
la resolución satisfactoria de las lesiones citadas. Ya es habitual el uso de
la electroterapia en úlceras y heridas, en terapia del dolor, tras
intervenciones quirúrgicas de todo tipo y previo a ellas, la electroterapia es
hoy en día una de las terapias más útiles y versátiles a disposición con la que
poder ayudar a pacientes en multitud de patologías.
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